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Marcelo Rivara, protagonista y testigo del avance hacia la sustentabilidad
Como herramienta clave de su Plan de Vida Sustentable, el Código Sustentable de Agricultura de Unilever hace foco en el primer eslabón de la cadena de producción: el trabajo que día a día llevan adelante los agricultores que cultivan los vegetales con los que producimos nuestras sopas y caldos Knorr.
Marcelo Rivara, ingeniero agrónomo de nuestra planta de Mendoza, ha sido uno de los protagonistas de su introducción en 2008 y, por lo tanto, un testigo privilegiado de la implementación de las prácticas agrícolas que han permitido que desde 2013 el 100% de nuestros vegetales mendocinos sea producido de forma sustentable.
“Cuando Unilever comenzó a desarrollar su Código de Agricultura Sustentable, se formó un grupo de personas referentes de todas partes del mundo –recuerda Marcelo–. Yo fui convocado para participar de ese grupo ya que trabajaba en compras de materias primas vegetales y estaba a cargo del manejo de las fincas que abastecen a nuestras planta de Mendoza, que es la única de deshidratado de vegetales que Unilever tiene en el mundo. Por tratarse de una planta de suministro agrícola, nuestro contacto con los agricultores nos daba un conocimiento de primera mano”.
Los Comienzos Del Exito
En su puesta en práctica se determinó que si bien se trataba de un código global, para su éxito era fundamental tomar en cuenta las particularidades de cada lugar. “Uno de esos lugares era Mendoza, desde donde pudimos aportar muchos detalles de sintonía fina que fueron dándole al código un uso más real”, afirma Marcelo.
Planta Mendoza
El ingeniero agrónomo destaca el hecho de que la recepción del código por parte de los agricultores no fue traumática, ya que en su vinculación con la Planta Mendoza venían aplicando acciones alineadas con sus objetivos. Esa es una de las razones de haber cumplido la meta de vegetales 100% sustentables dos años antes de la fecha prevista.
Otra de las razones del éxito es que la implementación del código se realizó atendiendo las inquietudes de los productores. “Me encontré con personas que tenían ideas simples y al mismo tiempo grandiosas –asegura Marcelo–. Una anécdota ilustrativa es la de las lechuzas: el código pide que dentro de las acciones de biodiversidad haya un proyecto de aplicación por parte del agricultor.
Nosotros tratábamos de implementar algo espectacular, como salvar a las ballenas, cuando un agricultor nos dijo: “¿Por qué no cuidamos a las lechuzas, que ni siquiera tienen un palo donde pararse ya que les quitamos los árboles cuando sembramos?”.
El agricultor es una pieza clave y a la vez el primer beneficiario del Código de Agricultura Sustentable de Unilever, que es un sistema de gestión que le permite incrementar su producción y al mismo tiempo reducir su impacto sobre el medio ambiente. “El código tiene una fuerte impronta social”, agrega Marcelo, y aporta un ejemplo: “A los agricultores les proveemos al inicio de la campaña de todos los insumos, desde las semillas a los fertilizantes, y recién deben pagarlos cuando venden a Unilever sus productos”.
Dado que el código implica una mejora de las condiciones de vida y de trabajo de los agricultores, su implementación no tuvo obstáculos por parte de ellos. En todo caso, concluye Marcelo, “la mayor resistencia provino de nosotros mismos, que en un principio veíamos en el código sólo un reglamento y no la herramienta de mejora que realmente es”.