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Este año, en Estados Unidos, es posible que 54 millones de personas, aproximadamente una El año pasado, Arnett Woodall, propietario de la famosa tiendita West Phillie Produce, regaló más comida de la que vendió. "¡Mucha más!" dice. "En los días que damos comida gratis, las filas son enormes". Woodall dice que la pandemia ha hecho que conseguir alimentos frescos y nutritivos a precio módico sea aún más difícil en su vecindario, pero ahora es más importante que nunca tener este acceso.
Para él y para muchos otros propietarios y operadores de pequeñas tiendas de alimentos, tienditas de barrio y similares, sobrevivir el año pasado como negocios esenciales ha sido un ejercicio diario de resistencia y determinación.
Reconociendo esto, Knorr y The Food Trust se unieron para proporcionar decenas de miles de dólares en micro subvenciones flexibles a propietarios de negocios como Woodall, para que los utilicen a su discreción para pagar facturas, alquiler, nómina, equipo de protección personal (PPE) y más.
“Las tiendas operan con márgenes reducidos”, dice Brian Lang, Director de Acceso a Alimentos Saludables en The Food Trust, una organización que ha trabajado con vecindarios, escuelas, minoristas, agricultores y legisladores para procurar acceso a alimentos saludables desde 1992. “Cuando la pandemia realmente comenzó a desarrollarse, nos enteramos de que estas tiendas estaban cerrando o luchaban por cubrir los costos básicos. Vimos crecer una profunda necesidad en las comunidades, y que crecía rápidamente”.
El programa de micro subvenciones es una extensión natural del trabajo con el que tanto Knorr como The Food Trust se han comprometido durante mucho tiempo: hacer que los alimentos nutritivos sean más accesibles y asequibles para todos. Durante la crisis de COVID-19, sin embargo, esta misión se volvió aún más urgente.
"El acceso inadecuado a alimentos saludables no es un problema nuevo", dice Lang, "pero la pandemia hizo que mucha gente se diera cuenta de esta realidad".
Durante el COVID-19, más de 54 millones de personas han sufrido inseguridad alimentaria, lo que significa que su capacidad para tener suficientes alimentos para llevar un estilo de vida saludable es demasiado limitada o totalmente incierta. Las tensiones económicas que agobian a los pequeños supermercados solo agravan el problema.
“Cuando ocurrieron los cierres, fue realmente un desafío para la tienda”, dice Woodall. “No pude mantenerme al día con todos los cubrebocas y desinfectantes que necesitábamos. Fue realmente costoso". Pero sabía que tenía que resolverlo. "Si hubiéramos cerrado, esta comunidad habría sufrido mucho".
West Phillie Produce, como muchas tienditas similares, es más que un negocio que vende comestibles. Es un pilar de la comunidad.
“Pasé 16 años dirigiendo un programa vocacional que era parte del sistema penitenciario juvenil en Pensilvania”, dice Woodall. "De sus historias, aprendí cómo crear programas que ayudarían a resolver sus problemas". En 2001, después del cierre de ese programa, tomó la indemnización por despido de $2,400 que recibió y comenzó A&W (Advocacy and Work) Community Solutions, una empresa que crea programas de trabajo para jóvenes en riesgo. Woodall enseñó a los adolescentes habilidades de jardinería, albañilería, electricidad, plomería y más, ayudándolos a tener más habilidades para encontrar empleo.
Aproximadamente un año después, algunos políticos locales le pidieron a Woodall consejos sobre cómo revivir un lugar en el oeste de Filadelfia que era un conocido punto de acceso a las drogas. Su respuesta fue simple: "Hay que ocupar el espacio". Entonces, Woodall compró el lote, elaboró los planos y construyó West Phillie Produce él mismo con la ayuda de los trabajadores juveniles de A&W.
“Planté mi negocio justo en medio de la violencia y las drogas, y creamos un modelo de centro comunitario que ha hecho mucho bien aquí y se está reproduciendo en todo el país”, dice.
West Phillie Produce no solo vende alimentos nutritivos en un vecindario en el que de otra manera no se conseguirían, sino que también opera un jardín comunitario que Woodall usa para clases de cocina y tutoriales en video, los que espera capten la atención del nuevo programa de cocina para niños por TV de Michelle Obama. También es un punto de acceso de UPS, tiene un equipo de limpieza comunitario y opera un programa de vigilancia que ya ha salvado al menos cuatro vidas.
“Estas tiendas son lugares de reunión, y para muchos de estos empresarios sus tiendas son sus sueños”, dice Lang. “Tienen un vínculo profundo con sus comunidades”.
Esta conexión está al centro de la colaboración continua entre Knorr y The Food Trust, para aprovechar sus recursos colectivos y lograr un impacto real para las personas que más lo necesitan. Al priorizar los esfuerzos preventivos para ayudarlas a mantener mejores dietas y llevar vidas más saludables, éstas iniciativas están ayudando a las personas y las familias a ser más resilientes cada día.
Acerca del año pasado, Woodall dice que han habido muchas ocasiones en las que no estaba seguro de poder mantener abierto su negocio y continuar su programa que ofrece frutas y verduras gratis en ciertos días de la semana. “Pero tenemos que ser capaces de abastecer a las comunidades desatendidas en un lugar designado en el que puedan confiar”, dice. “Y justo cuando el dinero es tan escaso y empezamos a sufrir, aparece un camión lleno de verduras y frutas donados por un agricultor en Vermont o Nueva Jersey o Nueva York, o se presenta una oportunidad como esta micro subvención, y tenemos la capacidad de seguir adelante para ayudar a las personas que nos necesitan".
"Hemos abierto al público los 7 días de la semana durante 12 años", dice. "Aunque trató, la pandemia no logró cambiarlo".