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En la guerra por liberar a las cosechas de voraces plagas, los agricultores de Knorr recurren cada vez más a la naturaleza. Cada plaga tiene un enemigo natural, y los agricultores no tienen más que identificar las distintas especies incompatibles, una solución más natural para deshacerse de visitantes indeseados.
Insectos como el Nesidiocoris, cuyo manjar favorito es la Tuta Absoluta, la polilla del tomate. Estas polillas son el mayor peligro para las cosechas de tomates, y pueden acabar con campos enteros, por lo que es esencial eliminarlas.
Muchas veces, es mejor prevenir que curar. Pero los insectos son diminutos, y no siempre es fácil para los agricultores saber cuándo tienen visitantes indeseados y hambrientos, y aplicar los pesticidas solo cuando es necesario. Por este motivo, algunos agricultores han comenzado a utilizar trampas con perfume de insecto que atraen a los bichos y contienen pequeñas cámaras fotográficas que permiten identificar al bicho en cuestión y decidir si es preciso actuar. Si el recuento de bichos en la trampa es elevado, el agricultor recibe un mensaje de texto para alertarle del problema.
EN LA GUERRA POR LIBERAR A LAS
COSECHAS DE VORACES PLAGAS,
LOS AGRICULTORES DE KNORR
RECURREN CADA VEZ MÁS A LA
NATURALEZA.
Muchos animales distintos pueden colaborar en el control de plagas, y algunos de nuestros agricultores han construido refugios para lagartos y murciélagos, así como cajas para aves como el herrerillo común: una estupenda manera de controlar las plagas y ofrecer un hábitat seguro para especies amenazadas.
Las plagas dañan las plantas sanas y pueden arrasar cosechas enteras, pero antes de utilizar pesticidas es preciso considerar cuidadosamente su impacto medioambiental. Por este motivo, los agricultores sostenibles de Knorr hacen cuanto está en sus manos por mantener su uso al mínimo absoluto, y ya han conseguido reducir en sus campos el uso de pesticidas en un 31% desde 2011.